San Valentín ha muerto.

Mucho amor, mucha fiesta… pero, ¿de dónde viene realmente esta celebración?

Hay varias historias sobre su origen.

En la antigua Roma existía una fiesta llamada Lupercales.

Unos acólitos se reunían en una cueva sagrada en honor a Lupercus, un lobo cuyo nombre viene de Lupus.

Representaba al dios Fauno, mitad hombre, mitad lobo en la mitología Griega.

Sacrificaban una cabra, y los niños corrían por las calles rociando a las mujeres con la piel ensangrentada para aumentar su fertilidad.

También se hacía un sorteo: los hombres sacaban el nombre de una mujer para tener sexo temporal… y algunos terminaban juntos para toda la vida.

Pero la versión más aceptada es la del sacerdote San Valentín.

En el siglo III, mientras se expandía el cristianismo, gobernaba en la antigua Roma el emperador Claudio II el Gótico.

Prohibió el matrimonio entre jóvenes para que pudieran alistarse en su ejército.

Un joven sacerdote llamado Valentín no estuvo de acuerdo y empezó a casar parejas en secreto.

Fue descubierto, arrestado y encerrado en una mazmorra.(célula de aislamiento)

El oficial encargado de su custodia,

le pidió que le devolviera la vista a su hija, que había nacido ciega.

A cambio, de que su familia se convertiría al cristianismo.

Valentín aceptó en nombre de Dios

La niña recuperó la vista.

A pesar de este milagro, siguió preso,

El 14 de febrero del año 269, San Valentín fue lapidado y decapitado

.

Una historia trágica y al mismo tiempo nos deja hoy un día lleno de amor, regalos y felicidad.

Para celebrarlo, he preparado una receta especial de crêpe de San Valentín.

PD: ¡Feliz día a todos, enamorados o no!

Disfruta del video.